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  • Descripción es exacto "La idea de la tesina surgió durante la cursada del seminario sobre el barroco impartido por Felisa Santos. Mientras analizábamos la construcción de los cuerpos dimos cuenta de otro tipo de representaciones que estaban en clara contradicción con las contemporáneas. Parafraseando a Burckhardt era un “salvajismo expresivo” donde reinaban los alaridos, las heridas y la sangre; ese dolor que desbordaba de todos los cuadros me mostró un abismo con nuestro horizonte cotidiano. Pero esta forma de expresar, en sí, no era tan revolucionaria comparada con las predecesoras ya que el sufrimiento fue un elemento constante desde los comienzos de la humanidad, y en realidad, fue algo que empezó a excluirse de la sociedad sólo desde el siglo XVIII.

    Dado el paulatino retiro del dolor en las imágenes, comencé a buscar un corpus que tuviese un gran alcance, algo similar al arte barroco que tuvo además de una difusión aristocrática una fuerte impronta en el campo popular (ya que decoraba las iglesias y las fiestas); fue entonces cuando encontré, después de algún tiempo, las fotografías de los tobas en la prensa gráfica. Vale aclarar que esto fue problemático ya que no es fácil hallar dolor en las imágenes contemporáneas de la Argentina, pero a su vez me ayudó a pensar cómo el dolor fue excluyéndose del entramado social, despertando en mí algunas posibles respuestas del motivo de la segregación. Si bien es verdad que “de manera significativa el mal y la enfermedad del cuerpo sufriente han servido de tema mayor y masivo en las artes plásticas contemporáneas”, también es verdad que dicho arte se ha encarcelado en ghettos, (conocidos como museos y exposiciones) y ha perdido esa difusión que supo tener.

    Con todas las imágenes lo que se buscó fue mostrar las diferentes formas de considerar el cuerpo y sus contrastes, pero para ser sincero la tesina es una trama de concepciones que producen una fuerte tensión por la divergencia que hay entre ellas (por los diferentes registros de los cuerpos que se plasman). Para poder hablar de las imágenes de los tobas tuve, irremediablemente, que mirar producciones pasadas para mostrar las diferentes estructuraciones con respecto a los cuerpos y generar así cierta profundidad en el análisis (especialmente en el eje 1).

    El elemento en común en las fotos de lo tobas es la paulatina aparición del esqueleto y teniendo en cuenta esa morfología di cuenta de la gran relevancia de los huesos en el arte antecesor al siglo XVIII y como estaban presentes en la gran mayoría de las imágenes (para poder compararlas); a su vez vamos a ver las dos significancias de la calavera en aquel fluir histórico (anticipo y certificado de la muerte).

    Las imágenes no son islas, se encuentran en un entramado que fluye en una corriente, por eso era necesario ver un poco el afuera y no centrarnos sólo en las imágenes. Allí radica la intención del eje 2, ya que analizaremos como la biopolítica administrativa crea marcos porosos para una estética y una sensibilidad alejada del dolor y la mortalidad; esto ocurre porque la biopolítica genera relaciones que invaden la vida generando un “adecuado desarrollo” de la población, administrando su ampliación y cuidado para su expansión temporal y su “calidad”, las medidas masivas generaron cuerpos útiles para un capitalismo que estaba emergiendo. Así las relaciones de poder centradas en la vida de la población empiezan a escindirse de lo putrefacto y las osamentas.

    Antes, las sociedades eran acariciadas por relaciones soberanas, y el poder del soberano residía en que si existía una amenaza a su figura podía quitar la vida del que él decidiera. Estas relaciones protegían el territorio, ante cualquier cuestionamiento o invasión se establecían fuertes relaciones de captación generando golpes a la vida o extinguiéndola en campos de empalamientos u hogueras tumultuosas. El poder del soberano sobre la vida residía en que podía tomarla y destruirla con sus manos. Estas relaciones de poder estaban entramadas con las producciones de la sociedad, por eso en sus imágenes bailaban los esqueletos, explotaban las heridas, la sangre, los despellejamientos, los clavos, a fin de cuentas se expresaba con cuerpos dolientes y la muerte era una constante. Como diría Ariès la muerte, al igual que el dolor%"
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